SERIE 4

Serie 4
Plastas de óleo negro y blanco sobre bond negro
14x14cm
(escaneado)
2009
Click en la imagen para ver una toma en Macro

HANNE DARBOVEN, Statement to Lucy Lippard


I build something up by disturbing something (destruction—structure—construction). 

          A system became necessary; how else could I see more concentratedly, nd some interest, continue at all? Contemplation had to be interrupted by action as a means of accepting anything among everything. No acceptance at all = chaos. In my work I try to move, to expand and contract as far as possible between more or less known and unknown limits. I couldn’t talk about any limits, I know generally, I just can say I feel at times closer while doing a series or afterwards. But whether coming closer once or not, it is still one experience. Whether positive or negative, I know it then. Everything is in so far in a proof, for the negative that a positive exists, and vice versa.   
A circle as a symbol of innity, everything; what is beginning, where? What is end, where?

I couldn’t recreate my so-called system; it depends on things done previously. The materials consist of paper and pencil with which I draw my conceptions, write words and numbers, which are the simplest means for putting down my ideas; for ideas do not depend on materials.
The nature of ideas is immateriality.

Things have plenty of variations and varieties, so they can be changed. At this moment I know about what I have done, what I am doing; I shall see what will happen next.


This statement, sent by Darboven to Lippard in 1968, is previously unpublished. It is presently in Lucy R. Lippard papers, Archives of American Art, uncataloged recent acquisition.
En: ALBERRO, Alexander, Blake Stimson, Conceptual Art: A critical antology, 1a. Ed. Cambridge, The MIT Press,  2000. Hanne Darboven, Statement to Lucy Lippard, Pp. 62-63.

ARTE CONCEPTUAL I


El escrito de artista, que inicialmente fue encarnado por el manifiesto, no posee una verdadera similitud con ningún otro género en particular. Pero hasta ahí no es todavía una intriga la que se genera, “El amor por la razón es amor a final de cuentas”, es para este escrito una definición de pasión, lo que dicha expresión toca, lo que envuelve, es no menos que el tacto de un límite o de un borde, el tacto del desbordamiento de lo que entendemos por límite, en éste caso de una orilla de lo estético, es decir un borde de lo que puede ser considerado como estéticamente posible y por ello tocable, y así mismo, de lo que es, en ese borde, al filo de ese desbordamiento, un objeto de arte. Pero no puede terminar ahí simplemente, llegando a ese filo, a ese hilo del discurso del arte, como un cuerpo expuesto, abierto (no como la apertura de un libro, si no ex-puesto, vulnerado), ese es apenas el momento en que podemos pensarle, es un momento de novedad constante, principalmente para el artista. Porque no es nada sencillo concebir el lugar que tiene en este mundo de las palabras el arte conceptual pero tiene uno. Esa irrupción inevitable, por si fuera poco, abre su paso casi exclusivamente en el espacio de las palabras antes de caer sobre la materia, y es eso lo interminable del evento, se incrusta en el terreno de lo concebible que le facilita la existencia y se queda ahí, en la estructura de palabras que sostiene nuestras nociones, todas, del arte actual.

EL DESEO


Voy a hacer una declaración, porque, de todos modos, casi todo lo que hay en mí es declaración. Declarar no es afirmar en sentido estricto, tiene más que ver con los compromisos que son ineludibles. No me agrada la gente que se lava las manos, sean del oficio que fueren, porque esa es una degradación de la mentira.  Si resta algo en el fondo, en lo profundo, una vez que uno se dedica a la sospecha y a desmentir, es un poco de franqueza. Declaración no es “positio”, si no “ex-positio”, la prosa es anfitriona de la vulnerabilidad. Éste es un anfiteatro.

La declaración es la siguiente: hay algunos temas, que tratan disciplinas como la Psicología Clínica, que sería más adecuado fuesen tratados por la Estética. Uno de ellos, es el deseo.

CÓMO SER DESTRUIDO POR SÍ MISMO

(DEFINICIÓN DE LA NOCIÓN “SÍ MISMO”, O LA  “IPSEDAD”)

En primer lugar, “sí mismo”, casi no existe, es menos que la sombra del polvo sobre el suelo y que los granos de arena que puedan cruzar por el ojo de la aguja, que no está en el pajar donde uno pudiera por accidente buscar, por un rato. Esto es, que es más sencillo, infinitamente, ser destruido por otro, por todo lo otro y por la exclusión. “Todo lo otro”, “el otro”, incluso “mis otros”, todo ello se encuentra figurado, configurado, desfigurado, entramado y enredado por la reflexividad de lo que uno puede andar por ahí enredando, por el simple hecho de la carencia de quietud. Y aún así.

De modo que lo único que se tiene que hacer es: absolutamente nada.


OCHO REFLEXIONES PARA LA REPÚBLICA


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