LEJOS DEL CUERPO

Se ha hablado mucho sobre simulacros desde hace algunos años, de hecho se ha hablado demasiado, es tiempo de hablar de la producción. Partimos con una pregunta muy sencilla, que es sexualmente irrelevante, pero crucial filosóficamente, desde éste momento será esa la separación que nos ocupe: ¿Cómo es que la pornografía es producción?


Hace algún tiempo, pensando en la escritura y en sus autores decidí hacer la afirmación sumamente riesgosa de que la escritura es producción, que no es la mitad de algo que se ha partido en dos para reunirse de nuevo, hay una enorme distancia entre un acto de escritura y una lectura, hay cosas que nunca serán leídas por alguien más que su autor. Quiero sumar hoy a esa concepción de la producción, al porno. Las imágenes y los sonidos de la pornografía no son simulación, y esto no debe parecer extraño, el sexo y el porno se dedican a cosas distintas. Estamos en medio de una separación, cada momento las ciencias biológicas endurecen más nuestra noción de cuerpo, y aún así un conjunto de cosas se consolidan con un espacio distinto, exento de esa dureza, es por cierto un espacio estético. Para la biología somos máquinas que se reproducen, trozos de carne. El objeto pornográfico no tiene sentido biológicamente porque no está dirigido al cuerpo.

Claramente no deseo hablar de lo obsceno, ni de lo privado, ni de lo perverso, ésta idea de la producción nos lleva a uno de los lugares donde se define la imagen de lo poshumano, que de hecho no existe más que como una imagen de lo posible, como algo que se construye todos los días. El futuro no existe, del futuro sólo hay imágenes. Como sea, la noción de lo poshumano no es si no la transformación de la concepción del cuerpo, y naturalmente que el porno ocupa un lugar importante en ese espacio por que es la abstracción del cuerpo. La tecnología natural del sexo materializada en la forma y el color del durazno, en el rubor de los pómulos, había ya llevado el sexo a otro lugar, más allá de la reproducción, lugar del deseo y el placer, todavía soy víctima de la fantasía y la apariencia, aún soy víctima de la seducción, pero algo diferente ha sucedido cuando todo ese proceso no lleva a la formación de un nuevo ser humano, ahí lo único que nace es diferencia y claro, placer, deseo.


Pero eso en cuanto al sexo. En ese mismo camino el porno se encuentra todavía más lejos de la reproducción, es producto del encuentro entre unas imágenes y una mirada, pero nunca entre dos cuerpos, recuerda que si tomo un café contigo nos sentamos de frente, cruzamos la vista, en cambio en el cine permanecemos el uno al lado del otro, la mirada es así. Lo que hace del porno un objeto abstracto que forma parte de lo que prevalece a la materia, de las nuevas biologías, es su enorme lejanía con la reproducción de la especie. ¿Y qué curioso, como pudo llegar hasta ahí el sexo? Tan lejos. El cuerpo entero pende de un hilo, y sin embargo el porno prevalece. Es pura producción.
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