Mañana mismo desempolvaré mi cámara réflex, estaré trabajando buena parte del año con fotografía análoga. Y espero sea posible tener muy pronto mi propio laboratorio para blanco y negro.
Este mes será para mí algo así como el mes de la fotografía. Tengo muchas inquietudes sobre el arte fotográfico y planeo llevarlas a cabo técnicamente, pero como ya es usual primero abordaré la foto con la palabra. La palabra tiene esto de revelador, desde la conversación hasta el aterrizaje de ideas en un ensayo, es un genuino canal para sintonizar el pensamiento sea sencillo o muy abstracto.
Debo empezar por dar la noticia de que la Kodak se ha declarado en banca rota; me da mucho qué pensar por que uno de los principales problemas es que la fotografía parece haber evolucionado a un mundo digital pero en realidad sólo ha descubierto técnicas más sencillas.
Hoy es todo un problema, al menos en la ciudad donde vivo, revelar o imprimir fotografía análoga. Es obviamente en gran medida una cuestión de mercado, no es como el audio que sí se ha vuelto más fiel digitalmente que cuando había cintas.
Una de las cualidades principales de la foto análoga es que no conoce de pixeles, si ustedes saben algo muy básico de diseño se darán cuenta que toda la imagen depende de un gran entramado de pixeles y puntos, eso por ejemplo no sucede con los vectores, por ello es hoy más importante usar Illustrator que Photoshop, bien pero aunque eso es diseño, se liga a la foto porque su manejo de color en foto digital así como de impresión es muy similar al del diseño e impresión de cualquier otra imagen que no sea fotográfica, es decir, uso de colores en impresoras digitales. Igualmente por la misma razón el papel no ha logrado un efecto siquiera similar a la reacción química de la luz siendo impresa.
De modo que cierro esta entrada anunciando que iré aterrizando ideas sobre la fotografía artística desde todos los aspectos que me sea posible abordar: técnicamente, estéticamente, críticamente.
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