LA AUSENCIA DE TACTO
Ser escritor en México. Por IKRAM ANTAKI
Carta cuarta
El golem, el robot, el mismo cyborg, son, todas, imágenes míticas que preceden a la síntesis, ésta, es la reinvención de la naturaleza. El proyecto del cyborg parecía dedicarse a asimilar un humanoide, un cuerpo humano lo más parecido a este. Pero no hay nada más parecido a un humano que otro. Entonces todo se trató del código, la clave, la llave. El clon humano es el humano sintético, el humano idéntico. La revuelta de la producción. Esta es una diferencia crucial entre sintético y artificial: toda síntesis de obtiene artificialmente, pero no todo artificio es síntesis.
Ahora, lo curioso, lo profundo, es que la imagen de cyborg no desaparecerá, entrará en esa multiplicidad de imágenes. Pero es más curiosa esa obsesión de la ciencia por alcanzar algo que ya no es, que no es si no ahora, y ahora siempre. El científico es como una caricatura de un Isaac Assimov que concibió un J.L. Borges en un sueño.
Sobre la máquina I
Últimamente, con más impulso, me he visto en la necesidad de comprenderme a partir del otro, y a partir de mí como otro que observa una máquina, como un mecanismo físico, funcional, con una cualidad excepcionalmente arquetípica, cuyo espacio concreto es un ser constructor, lógico, técnico, organizado. Doy este sentido a logos y techne, para dar a la construcción que pude ser teórica, filosófica, política, física, objetual, un espacio más allá de la ciencia, y si el arte como planteamiento, no lo permite, más allá de esta. El arquetipo de la máquina es incesante, escurridizo y cambiante.
SERIE DE PATRONES-MANCHA
Carta tercera
Dicen que en la Grecia del siglo IV a. C. se inventó la verdad, el concepto de verdad, hoy usamos la palabra verdad con indiferencia, pensamos, a veces, si nos queda algo de tiempo en el día, en la realidad pero rara vez en la verdad.
No se si aún dentro de un rato, pero ahora me interesa, no la realidad, si no la verdad. Escribo ésta carta para decir que no se por qué escribo esto, porque la escritura es documento, pero yo rara vez he admirado que algo sea documentado, entonces creo que hay algunas cosas más, en la escritura, que simplemente lo que se escribe.
Pero todo esto con lo documental, toda esta problemática, no tiene que ver con ninguna noción sobre la mentira o la falsedad de algo, si no con el retardo. Todo lo escrito se lee demasiado tarde. Aún sin saber si lo que uno escribe será leído, uno lo hace incondicionalmente. No tengo idea de lo que sucederá conmigo, pero no tengo razones para no continuar, así que continúno, pensando, siempre en un momento actual y pocas cosas más, sin embargo desde hace un rato en la tarde de hoy, había ya tomado decisión de no salir y de dedicar este par de horas que he pasado ya con ésto, deliberadamente, escribiendo las presentes líneas, que son pocas, pero creo que suficientes.
Muchas veces he preferido escribir que vivir una vida, no para todo hay tiempo, no hay drama en eso, si no deliberación. No creo en el tiempo por que no creo en la certeza. Lo único que considero más o menos cierto, más o menos tangible, es eso que suelen llamar “presente”, y ésto que justo acabo de decir me hace llegar al fin al punto:
La escritura, es una ambigua manifestación que pertenece, más que otras, a la actualidad. Nada le sucede después.
SERIE 2
MANCHAS 2009
La primera página
EPITAFIO
OVERTURE
Este ensayo es sobre la pasión, sobre la soledad discursiva y sobre las orillas del mundo. Este escrito, suceso que es único a pesar de su referencia constante, debe ser sincero y con ello me refiero a que debe ser franco, lo más explícito posible, lo menos hermético, no debe haber ningún camuflaje ni rodeos, ni superficies otras. Es así porque ningún libro debiera guardar ningún secreto, ni debieran decir unas cosas por medio de otras. Este escrito está lleno de lujos y aunque pudiera parecer más extenso de lo debido, es muy económico en cuanto a que no oculta nada, el tiempo que el lector usualmente ocupa en descifrar cosas, lo puede usar en dormir.
Uno de esos lujos es el de tomarse la libertad de hablar de Estética sin leer sobre ella. Pero es un lujo, no un capricho. Hay una idea muy importante sobre el tiempo en la escritura: que no lo hay. No hay tiempo suficiente. Estuve pensando, y con ello perdiendo un poco el tiempo, en que si escribo sobre un par de temas por año, requiero de al menos veinticinco a partir de hoy, para escribir sobre cincuenta temas distintos, eso es demasiado para muy poco. Uno tiene que tomar decisiones fuertes al respecto, y debe decidir detenidamente qué leer. La más difícil decisión de todas es la de elegir entre leer o escribir. Este escrito es sobre por qué elegir la segunda. No obstante escogí algunas lecturas que siento imprescindibles sobre Estética, entre ellas, lo que he leído de Arthur Schopenhauer ha sido lo más relevante. Este escrito que hoy escribo, el lector lo lee hoy, ese hoy no lo compartimos.
A lo largo de éste trabajo que no es investigativo si no de introversión, pues se dedica por sobre todas las cosas a lo interior porque la Estética se dedica a ello, se irá viendo que esa libertad de encontrar la estética sin recurrir a los libros que se acostumbra para ello, se debe precisamente a lo que acabo de decir hace unos momentos1.
Hay que desmembrar las ideas que le rodean, las máquinas que le producen, la manera en que nos envuelven, escribo aquí sobre algunas de las cosas que me envuelven. El lector común es el principal aquí, el lector especializado no debe hurgar ni asumir cosas que no estén sucediendo en la prosa, no debe buscar sentidos ni síntomas, seré explícito para ahorrar ese tiempo que no se tiene, si aún así, el lector especializado intenta escudriñar algo más, estará perdiendo el tiempo. No tendrá manera de probarlo. Nada de eso es necesario, porque escribo aquí (nótese) de mi propia soledad, ahórrese esa clase de juicio, léase esto y aprovéchese también mi tiempo, porque a veces he preferido escribir, que vivir una vida.
Carta primera Parte I
Carta primera Parte II
Carta primera Parte III
Esto se pone interesante, entonces ¿En qué consiste la belleza de esa palabra? (el avante, la vanguardia) la pregunta lo ha dicho, el tema central es la consistencia, quienes simpatizan de su belleza, se dedican a hablar de la consistencia del cuerpo, de la consistencia de las palabras, de la consistencia de nuestra naturaleza artificial o discursiva, pero todo ello, sin separar los objetos, sin asumir objetos verídicos que no consten de esas pequeñas narrativas suficientemente evidentes. Sin duda que ambas versiones se encontrarán en la tela del juicio, escazas reglas de un juego antigüo son lo único que comparten, el resto de ambos pertenece a codigos distintos que de hecho no podrían confrontarse. La versión de esta dichosa vanguardia consiste en que el documento ha encarnado un inmenso poder que la ciencia le ha conferido (con la palabra documento me refiero, también, a identidad), y que sin embargo, aunque la ciencia siembre multiplicidad de pruebas, en base al mismo sistema elemental del juicio sabemos que dichas no son elemento suficiente, no al menos para asumir muchas de las cosas que hoy se dan por hecho, eso, claro, es inaceptable y ridículo, porque la ciencia había venido a dedicarse a lo visible, a lo evidente, ¿Qué sería de ellos si se dedicasen al vértigo de lo invisible, a las palabras?. Posees un grandioso derecho fundamental, derecho que nos une, el de desconfiar, pero seguramente, si algo has de creer cuando leas esto, es que muchas de las cosas que la ciencia, hoy que escribo, afirma, hoy que lees la ciencia misma las desmiente. Esa es una pequeña narrativa.
Escape
LA TERRIBLE LUCIDEZ DE LOS OBJETOS PODEROSOS
Habrá sin duda otros objetos poderosos, como las imágenes míticas, hay quienes incluso aseguran que del género lo que resta es una imagen mítica, habrá también quienes crean que el género reside en el cuerpo, en su capacidad, en su poder para reproducir. No dudo que el cuerpo utilice tal sabiduría para chantajearnos.
Hay también intenso poder en la memoria, por ello se han inventado mecanismos panópticos y registros de población, por ello existen los secretos, las llaves y los guantes de látex que evitan el contacto con mecanismos infecciosos, que cambian el flujo de los procesos de la evidencia. Recordar para eliminar y registrar para prevenir son los pretextos para que los documentos existan. Pero la memoria da certezas que son difíciles de sostener y que no pueden ser consideradas como evidentes.
La memoria es más terrible, incluso, que el documento.
Del proyecto SUPERCOMPRIMIDOS, Textos de alta velocidad.
Ingeniería del deseo
La Isla
La isla es ese sitio, está ahí, es en potencia, pero sólo eso. No solemos llamarle así porque le desvanecemos al decir simplemente “aislarse” o “aislamiento”. Finalmente hay que pensarle, hay que pensarle antes, concebirle, someterle, al menos tocarle, pero antes, ¿Concebirle por qué? porque qué más da, todo se somete a discurso tarde o temprano, “qué más da” porque la expresión es precisa, no ganaremos nada, ni tiempo, justo en éste momento suceden muchas cosas afuera y uno escribe y uno lee, uno ya es un volcán en potencia en medio del mar. Pero ciertamente de lo que sí se trata es de encontrar sentido más afuera de lo aparente, de tocar el movimiento, el metabolismo, de ver como cambia la sintaxis en la piel que se le cae a uno todos los días, de ver la vida verdadera, de asumirla en vida y no después. Esto es interesante porque hay que pensar todos los procedimientos de aislamiento como una fluctuación y como algo que no está escrito pero que "se" escribe, en lugar de decir que "se" describe. Antiguamente se pensó que las cosas se leen, que se describen, que tienen un sentido y ese simplemente se ve o se conoce. No hablamos, ni tenemos porque hacerlo más, de conocer, hablamos de pensar. No estoy describiendo si no escribiendo. No estoy asumiendo, si no pensando. Suficientes cosas han sucedido para hablar de lo que se escribe y olvidar lo que se describe, el único momento que habrán de compartir antes de separar su código, es el del hallazgo, el hallazgo es el espacio común, y sin embargo en ambos códigos (pensar, conocer) el hallazgo es distinto, siendo precisos, completamente precisos, pensar en lo que se escribe implica decir que el hallazgo no tiene forma, es pura transformación, es puro movimiento, el hallazgo en ese sentido no se lee tampoco, no es una cosa que está ahí dada, es un momento, es una coincidencia, un encuentro de algo que no es otra cosa que el encuentro con el pensamiento que le someterá tarde o temprano a sí mismo y lo convertirá a su sintaxis para poder decir que eso (la isla por ejemplo) también se escribe. Entonces es sometido a discurso.
La primera vez que leí a Emile Ciorán descubrí algo que no esperaba, se que debe suceder eso para poder llamarse hallazgo o encuentro, lo leí y no pude concebir para qué escribía, no supe, no me pareció posible pensar que Emile Ciorán escribe para alguien, o que escribe para decir que es infeliz, no me parece que pudiera ser así de inmediata la relación del objeto y su naturaleza, con el medio y su finalidad. No me pareció que hubiera medio alguno. Me pareció más bien que no escribe para nadie, si no a causa de una necesidad vital, una necesidad última o única, limítrofe: es producción. Ha aparecido inesperadamente una noción de producción. La escritura es producción, no tiene nada que ver con la lectura, no son una sola cosa, ni las dos partes de un uno que han sido separadas para concebirse de nuevo. Para reproducirse uno requiere de otro, requiere de género, la producción en cambio es separación completa, genera una génesis completamente nueva, automática, mecánica, plenamente discursiva.
La escritura termina de inmediato y de tajo, todo lo que sucede después no le concierne, sucede demasiado tarde. Ciorán no escribe para darse a entender, no tiene destinatario, no le concierne ésto que escribo, yo no escribo ésto para usted.
STATEMENT
a) Tenemos un poco más de posibilidades de libertad.
Ya hablamos de cosas fuertes cuando pensamos en que el efecto del discurso no es gramatical si no corporal, que el cambio en el orden del texto es un cambio en el orden de las cosas. Presenciar la desintegración de un documento textual es asumir que ese objeto no volverá a ser, y que se le ha denegado la posibilidad de la prevalescencia. Impedir que una cosa se diga es dar fin a una secuencia. Pero, así como es totalizadora la idea de que la obra de arte debe ser producida o presentada, y que esta misma debe ser el centro del arte, también es absurda la idea de que el escritor y el artista que trabajan con la idea están destinados a hablar y a escribir. Ese momento en que tal idea se verbaliza es importante. Por supuesto que conocer la relación entre el lenguaje y su relación con el cuerpo es indispensable para librar cualquier límite. El arte conceptual se originó en ese borde, y cuando se ha planteado dedicarse al desbordamiento de ideas ha tenido un delgado límite, un filo, o un hilo que teje su trama muy en conjunto con la filosofía, que no es lo mismo que decir que lo comparte con la teoría del arte. Es diferente porque el trabajo con el pensamiento por sí mismo es mucho más amplio. Pero es un grave error pensar que la formación de un individuo que rompe ese límite es la del caos injustificado, es una ingenuidad; desmantelar es sencillo, recordemos que todas las armas están destinadas a derrocar, pero esa libertad crítica, por decirlo así provisionalmente, lleva consigo la responsabilidad enorme de reconstruir cada día encima de las cenizas, es ahí donde lo complejo hace su trama. ¿Reedificar qué?, ni más ni menos, el propio cuerpo y las propias palabras. Hay que decir primero que el objetivo de la crítica y del juez es la toma de partido. Una persona que no desea o no es capaz de tomar partido es un ser que se lava las manos.
En el silencio hay discurso porque proviene de una intención de encontrar el lugar del discurso. Esta idea ha sido crucial porque el discurso es un centro de poder. Y todo se complica porque el arte conceptual ha hablado desde siempre de relaciones de poder, pero implícitamente. Los centros de poder habían venido siempre siendo desde la antigüedad, el corazón y la sangre, el cerebro y la mente, el estómago y la reacción visceral. Pero todos esos centros se constituyen en el bios. El hallazgo crucial se funda en que el discurso no es bios, en que hay discurso aún en el silencio. Esa es la entrada accidental al pensamiento sobre el poshumanismo.
ARTE CONCEPTUAL
ESTETICA
POLITICA
PROCESOS
En las artes visuales le han nombrado "procesualismo", pero el término es un poco confuso, se refiere a obras de arte presentadas mediante documentos.
La intención es más bien cuestionar todo documento. Algunos dirán que esto tiene que ver con el posmodernismo, pero esa noción de algo "posmoderno" es muy dudosa, el mismo J. François Lyotard lo dice.
POSHUMANISMO
Se relaciona con el arte antimateria (así calificaron al arte conceptual o idea art, haciendo referencia y contraste con el antiarte del dadaismo, se le llamó así por concebir un arte que no necesita ser materializado consistete en pensamiento puro), ahí regresamos al principio cerrando el círculo temático y volviendo al arte conceptual que fue el primer eje.